
Por Laura Arbeloa
Puramente occidental. Los estudiosos del tema hablan de su origen germánico en la edad de Bronce, en ella está la historia escandinava (pueblos del extremo norte de Europa en la antigüedad). Formaron un alfabeto secreto utilizado por los guerreros para guardar información sagrada. Fueron los vikingos, grandes navegadores, quienes se encargaron de difundirlos por otras tierras lejanas. Son un antiguo oráculo compuesto por veinticinco signos mágicos, cada uno transmite un mensaje secreto con una cualidad.Una de las runas es considerada soberana del oráculo y se llama Odín; creador y protector de éstas. Según la leyenda Odín, considerado Dios creador de Dioses, se colgó nueve días y nueve noches del árbol de la vida sin comer ni beber, desafiando al tiempo y uniendo raíz, tronco y copa- con el ciclo nacimiento, vida y muerte terrestre-. Cuando sus fuerzas se agotaban se desprendieron de las piedras veinticuatro signos.Por lo tanto leer las runas es despertar los sentidos, generar poder y aprender a develar los secretos.El interés por el mundo oculto se extiende en la actualidad y fascina por no obedecer a ninguna regla establecida por los humanos, más allá que la base de logros este en nuestros valores y no en la magia.
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